Ya ha salido a la calle el número de agosto del periódico Salamanca Al Día, y en él está el siguiente artículo de Juan María de Comerón en la sección de opinión:
NOCHES DE VERANO EN LA PLAZA MAYOR
Salamanca durante el día tiene un encanto único, el reflejo del sol en la piedra de Villamayor que ornamenta los edificios y monumentos, han creado una belleza muy singular formada por un color dorado. Pero si lo posee de día, en verano tiene aún más encanto por la noche, cuando se crea un marco muy especial que se vive sobre todo en la hermosa Plaza Mayor.
A las diez se encienden las luces en el corazón de la ciudad, y los presentes lo reciben siempre con un emocionado aplauso. Desde ese momento se crea un ambiente maravilloso, en el que se escuchan todos los acentos de España, se hablan diferentes idiomas del mundo, y se contempla una mezcla de culturas.
En el “cuadrilátero irregular pero asombrosamente armónico”, como la definió Unamuno, las noches veraniegas se viven de una manera diferente. Cuando estás dentro de ella se respira una magia que te atrapa, que no te permite salir. Verla iluminada es tan bonito que no puedes parar de admirarla una y otra vez, de observarla por un lado y por otro, sin que nunca te canses de hacerlo, aunque la veas cada día.
La Plaza acoge a personas de todos los tipos y colores, a niños jugando, a mayores comiendo helados, a extranjeros sentados en el suelo, a parejas demostrándose su amor, a amigos tomándose una caña, a turistas dando una vuelta, a familiares celebrando un reencuentro, a abuelos en un banco viendo a la gente pasar, y a salmantinos quedando debajo del reloj.
Hay pocos sitios en el mundo que reúnan a personas tan diversas, de diferentes edades, condiciones y lugares, en un mismo espacio rodeado de tanta historia y hermosura. Donde no falta la música de la tuna, quienes siempre están alegrando con sus canciones de toda la vida, y sin los cuales las noches estívales no serían lo mismo.
En Salamanca tenemos la fortuna de contar con un escenario excepcional para vivir las especiales noches de verano. Los que las habéis disfrutado entendéis lo que digo. Quienes aún no las habéis vivido, debéis hacerlo, solo entrar en la Plaza iluminada veréis su magia. Y será entonces cuando os atrapará para siempre, desde ese momento ya no querréis salir.
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